Alicia se quedó un rato contemplando pensativa la seta, en un intento de descubrir cuáles serían sus dos lados, y, como era perfectamente redonda, el problema no resultaba nada fácil. Así pues, extendió los brazos todo lo que pudo alrededor de la seta y arrancó con cada mano un pedacito. -Y ahora -se dijo-, ¿cuál será cuál?

sábado, octubre 14, 2006

Quiero ser virgen ante mi presente y mi futuro


Intento romper con el pasado, y me cuesta tanto!! Una y otra vez decido que es la última, que paso de todo, pero subconscientemente se que no es así.

Ayer haciendo limpieza en los papeles, eso que todos hacemos de vez en cuando, me reencontré con algo peculiar y valioso para mi y para alguien más. Decidí enviárselo, y lo resguarde en los papeles que estaba clasificando como para no tirar. Al cabo de unas horas, fui a ellos, los leí, los releí, me emocioné, recordé, soñé y los rajé. Decidí no enviárselo, no tenía sentido hacerlo. Al sentir el rasgar de papeles sentí el rasgar de mi corazón. Me dolió, mucho, muchísimo, pero los tiré a la basura en un intento extraordinario de arrojar con ese gesto, todo a la basura.

Si hubiera sido así, creo que ahora no estaría pensando en esto, aunque tal vez la necesidad humana de abrirse y evadirse hace posible esa expresión no verbal, sentida y espiritual de expresar las ideas, los resquemores, las sugerencias, las hipótesis, los sueños…

Mi corazón quiere mostrarse virgen, virgen para los acontecimientos venideros, para las angustias que están por llegar, para los ilusiones que están por formarse, para las hipótesis que están por formularse. Mi corazón y yo queremos ser vírgenes ante el futuro, ante la simple idea de vivir por vivir, de respirar por respirar, de soñar por soñar. Y al igual que aquellos recuerdos vagos de la infancia, recordar, como entre sueños, velados y casi a veces como pesadillas las aventuras pasadas, las añoranzas sentidas, los segundos dormidos, los minutos corridos, las horas muertas.

La esperanza me recorre, caníbal de mis ansias de virginidad, la sangre parece un imán que se pega a las horas por venir, la sonrisa quiere renacer en mi cara aunque aun es simple feto, aun le queda por parirse un tiempo.

Envuelvo mi boca en seda transparente y beso en la soledad mi esperada virginidad. ¿Acaso no me basto sola para ello? Si… pero se que soy ser complice de algo o alguien y que siempre necesitaré rozar mi ilusión con la de otros, mis alegrías con las de aquellos que llevan alegrias, mis penas con los que tengan corazón para aguantarlas. No deseo caminar sola en mi presente y en mi futuro, quiero así compartir mi virginidad y desflorarme en ansias de eternidad ilusionante, en excesos de caricias calidas, en multitud de palabras por decir, en imágenes llenas de sentido, en almas compartidas y sonoras, en deseos y placeres perennes.
(amanita_14_10_06)

lunes, septiembre 11, 2006

El otoño se aproxima…


Corre el calendario y siento que el otoño se aproxima. Es bello ver árboles en tonos dorados, más brillantes, menos. El color ocre me atrae, aunque tal vez sus connotaciones sean algo pesimistas. Se asocia el tiempo de otoño a la caducidad , a la perdida de luz, a la venida del frío letargo. A mi me gusta, tal vez por que en mi alma normalmente es otoño, tal vez por que adoro el hielo del frío de diciembre, quizás por que el blanco puro, inmaculado, congelador del invierno me atrae con morbo, como un viejo vuelve sus ojos a los muslos tersos de una joven diciochoañera.
Propósitos nuevos por todos lados, he de dejar de fumar, tengo que apuntarme al gimnasio, a ver si me matriculo en algo… típicos tópicos pero ciertos, es más yo misma he caído en ellos.
Se me ha ocurrido matricularme en la facultad de nuevo, ya veis amigos a mis 43 años, y si, realmente me siento mayor y algo antigua. Al acercarme a lo que hoy llaman facultad de formación del profesorado me dirijo a un par de chicas de esas morbivistosas de los abueletes, y le interrogo en tono cordial, casi cursi, ¿ es esto magisterio? Y la más guapa de las dos dice: No. Joder! Me llevo un palmo en las trancas, pero la segunda rápida y audaz me dice, si señora. (La cagamos! – para mis adentros-) es lo que antiguamente era magisterio. Lo dicho, vieja, carca y mayor.
Y por que ese afán de retomar vericuetos juveniles? Es sencillo, me cuesta cuestionarme la edad, me cuesta cuestionarme que la vida pasa. En resumen, cuesta asumir que los años pasan y como tal también los morbos y los inviernos, y todo esto por que antes dije que me gusta el gélido invierno, lógico entonces si pienso en mi cuerpo cada año más endurecido.
A veces me gusta tener la edad de ahora, a veces. A veces me siento joven, a veces no. Pero solo cuando a veces reparo en mis manos me doy cuenta del tiempo inexorable. Recuerdo a mi abuela cuando yo era pequeña y recuerdo sus manchas marrones pardo en los dorsos de sus manos, Pues sabes que! Yo ya tengo las manchas de mi abuela, yo ya tengo las manchas de la edad, pero eso si, yo también tengo las manchas del paso de la vida en mi mente, en mi espíritu, en mi ser, en mi yo, y que quieres que te diga… no me disgusta del todo, la madurez es buena, mejor dicho, la madurez es necesaria, por que eso demuestra que la sangre ha corrido por mis venas y que ahora se lo que quiero, lo que busco, lo que deseo y lo que soy.
El otoño cubre el monte, el otoño tiñe el bosque, mi alma espera el invierno, uno más, ves!! Eso es buena señal, es un guiño a la vida, es una hoja de mi almanaque, que como cualquier hoja de cualquier árbol caduco, cae y deja paso a otra hoja, a otro nuevo día, así una y otra vez, así siempre, así hasta la eternidad.
Me acurruco en mi sillón y espero pasiva el otoño.

(amanita©)

domingo, septiembre 03, 2006

Sóplame...


Sóplame en la nuca, quiero sentir tu aliento,
sóplame en los hombros, necesito tu olor,
sóplame en la espalda, y recorre mi línea media
Sóplame en mis nalgas, roza tus labios en ellas
Sóplame en mis muslos prietos para andar contigo
Sóplame en mis corvas duras y tersas para no temblar por ti
Sóplame en mis pies, necesitan de tu aroma
Sóplame en la boca, lléname de tu aire
Sóplame en el corazón y me soplarás el alma
(amanita©)

sábado, septiembre 02, 2006

Me siento presa del peso de los dias



Debe ser horrible estar presa, sin libertad...

A veces siento una losa sobre mi cabeza que hunde todo mi ser, y por tanto me hunde interiormente. Tengo un animalito que vive en mi interior que a veces deja de comer, de beber, de pensar; y entonces yo lo siento como �l.

Ser blanda de coraz�n conlleva estas cosas, sentir que tu piel muere, que tu alma huye, que tus pies se clavan en el suelo... y todo por que si, sin un m�s, sin un por que. Tal vez si ara�as en la capa superdicial puedas llegar a ver la herida, pero no, en mi caso mi herida ni sangra, y si no sangra que es lo que pasa? pues que no corre vida por debajo de mi cerea piel, y entonces es cuando te das cuenta que estas tumbada en la cama, con tus punteras de los pies algo separadas y tus manos reclinadas a lo largo de tu cuerpo rozando levemente tus caderas, tus ojos estan cerrados mirando lucecitas eternas, y comprendes y compruebas que no te puedes ara�ar, que no te puedes mover.

Asi me siento , asi!, presa de mi cuerpo, de mi piel, rodeada por mis propios brazos, limitada por mis dedos de los pies que enmarcan mi vision .

Y necesito despegar y despertar, y separar los pies y alzar las manos y gritar. Quiero correr por el mar de la vida, sin penas ni glorias, sin nada, solo correr, sintiendo esa sensac�on de elevaci�n cuando tus pies dan zancada tras zancada , y si puede ser me pido el mar para correr, alli junto a la orilla, donde la arena es dura y firme, donde mis pies no se hundan, donde sienta el mojado salado e incluso alguna conchita me haga recordar que corro y vuelo por la orilla de agua.

Asi soy yo una pieza mas del Bestiario de amanita, cosas y casos reales e irreales, piensa lo que quieres amigo lector o amiga lectora, pero no dejes de leer mis lineas corridas a las orillas del mar del deseo y del viento lejano que lleva suspiro de paz.
(amanita©)

miércoles, agosto 09, 2006

Efélide interior



Se cerró la noche y con ella un capítulo mas.
Sembrada de dudas las estrellas miraban,
tu boca, la mía, espumas y sal,
tu mano mi mano, abrazo de amor.

Se cerraron mis ojos y la luz se fue.
Mis pestañas empapadas , goteaban
rencor,
mi corazón roto, rajado, hundido, negro.
mi alma en vela, sin llave ni cajón.

Se hundieron mis pies en el barro.
Clavados hasta los tobillos de pasión,
perdieron el rumbo en la senda oscura,
la vida con ellos sin miedo se fundió.

Se esfumaron mis lazos, mis brazos.
Se fugaron mi alma con el sol,
con la noche mi cuerpo se funde
por tu piel serpenteando mi olor.

(amanita©)

lunes, agosto 07, 2006

Mis manos fueron creadas para ...


Se que mis manos habían sido creadas para un único fin. He intentado multitud de veces buscarle otro oficio, otra postura, otra templanza. Recuerdo que a veces cogía el lápiz en un afán irrisorio de protagonista pictórica, movía los dedos, la palma, la muñeca, separaba la vista y me creía una dama de la pintura, luego encerraba mi bloc de nuevo en el cajón y lo dejaba dormir nuevamente meses y meses.

Otras veces mis manos moldeaban arcilla, quizás buscando nuevamente el afán de las bellas artes, no estaban mal aquellos conatos de jarroncitos, aquellas replicas de platos como los que mi abuela mantenía sobre la chimenea.

Me llenaba los dedos de anillos y tumbada en la arena de la playa elevaba las manos haciéndome de persiana biológica a mis ojos, Miraba los dedos, miraba las uñas, esos bultitos que sobresalían en las falanges, por dios, cuantos anillos me había puesto, se me quedarían las marcas y los dedos parecerían pasos de cebra de circulación.

Alguna que otra vez pagué por que me retocaran mis cutículas y mis uñas, mas que nada por el mero placer del toqueteo que te ofrece la agradable esteticien. Al finalizar, OH Dios! ese maravilloso masaje con crema hidratante que te hace cerrar los ojos y desear más y más y que esa sensación placentera ascienda por todo el brazo.

Todo era inútil, sabía que mis manos habían sido creadas para otro fin.
Mis manos adoptaban posturas, formas, aperturas… mis dedos se abrían como el varillaje de un abanico. Mis dedos se estremecían y cruzaban. A veces los dirigía a mi boca y mordisqueaba algún lateral de una uña, a veces los chascabas acompañando una irreal tonadilla en mi cerebro. Siempre las tenía pulcras y bien cuidadas, las manos son importantes, las manos son necesarias, las manos son compañeras.

Que risas me dio aquella primera vez que vi mis uñas pintadas, mis dedos pequeños y redonditos, con aquel extremo distal pintado de rosa chicle. Pero me sentí mayor, me sentí mujer con aquello en mis uñas.
También recuerdo mis manos desenredando mi pelo de niña, y aprendiendo ellas solitas a hacerme las trenzas, por cierto, siempre una quedaba mejor que la otra, siempre.

Tocar la masa de un bizcocho con mis manos fue también un mágico descubriendo, esa sensación blanda y pegajosa mezclando y removiendo, diríamos que es un compendio del manoseo del barro de mi precaria arcilla y el masaje desestresante de la agradable esteticien.

Y que decir de esos innumerables intentos de atrapar en las cuencas de tus manos todo el mar del mundo? Abres ambas palmas, las juntas y las pones en forma de tazón primario, llenas el recipiente de agua y se va, se va, se va entre las uniones de ambas palmas y entre los dedos prietos y abrazadores del contenido que portan las manos. Entonces comprendes que jamás retendras el mundo en tus manos, ni en tu mente, ni tan siquiera en tu corazón, igual te sucederá con los pensamientos, las ideas, las emociones. Apretaras y siempre encontraran la vía natural de escape.

Así fue como dejé abiertas mis manos y entonces el espectáculo fue aun superior al contemplar que la poceta de agua se expandía y surcaba cada línea de mi mano hasta caer en bellas cascadas entre mis dedos abierto.

Decidí entonces que todo en mi vida sería así, manso, abierto, claro, como el agua al tomar su cauce natural y caer en hilos transparentes entre mis dedos.

Por eso digo que mis manos fueron creadas para otra cosa, después de mucho probar, buscar, experimentar, descubrí que mis manos habían sido creadas para tocarte, para rozarte, para dibujarte, para amasarte, para adorarte, para beberte, para dejarte correr, para sentirte, para gozar, para ti, en una palabra, mis manos fueron creadas para Ti.

(amanita ©)

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